lunes, 13 de agosto de 2018

Bulbulla - Abijata N. Park - Awassa 108 Km






Bulbulla (1708 m de altura) Awassa (1610 m).

  En realidad la distancia entre Bulbulla y Awassa era de 88 Km pero las visitas inesperadas o excursiones alternativas subieron el kilometraje.

 La carretera transcurría entre tres lagos, dos a la derecha, Abijata y Shalla que dan nombre al Abijatta-Shalla National Park y el lago Langano, a la izquierda.


Grandes praderas se extendían por la orilla del lago Langano y se veían numerosos rebaños de vacas pastoreados por niños.
En una de esas praderas paré para retratar un rebaño y al niño que lo cuidaba con maestría. Llevaba un cayado mas grande que él y posó sonriente para mi.

 Kilómetros más adelante pero en la parte derecha de la carretera, aparecieron unas chozas de adobe junto con otras construidas enteramente de palos de madera. Mientras las fotografiaba oí un "you you". Una niña me llamaba sonriente. Era muy guapa y llevaba un pañuelo rojo en la cabeza. Dos niños mas pequeños se unieron con un coro repetitivo al you you de la que supuse era su hermana.

Hice algunas fotos y al rato apareció su madre que también posó sonriente para mi. Era una mujer con una belleza natural increíble. Gente amable y parece que con una finca prospera. Supongo que las casas de madera eran para guardar los frutos de lo cosechado. Tenían también vacas y gallinas que iban a sus anchas por la finca.

 Me despedí de ellos y pronto se me unió un ciclista espontáneo, era un niño que se puso a mi altura y peleaba por mantener mi ritmo. Estuvo un par de kilómetros conmigo y al final se quedo atrás.






Entre medias del lago Abijata y Shalla se encuentra la entrada al Abijatta-Shalla National Park.  Desde fuera se veían un grupo de avestruces. Quise entrar a verlos y tomar alguna foto, pero el guardia de la entrada me dijo que sin pagar la entrada al Parque no podía verlos. Así que me tocó pagar. No recuerdo cuanto, pero la entrada incluía ver una parte del Parque donde habían mas animales.

Es como una parte acotada dentro del Parque, ya que el parque entero es mucho más grande.

 Dejé la bicicleta en la casa principal y un guía me acompañó a pie para ver los animales.
Aparte de avestruces había muchas gacelas Thomson, antílopes, jabalíes  y alguna águila que había dado cuenta de un gacelita pequeña. La interrumpimos en su almuerzo y allí dejo a la cría de gacela.

Pude observar diferentes tipos de aves, entre ellas algún Tockus deckeni y un Waxbill azul.

Luego me retrate con los avestruces que eran de considerable tamaño pero de naturaleza pacífica. Me arrimé a ellos  lo más que pude y muy lentamente. Me miraban de reojo por si tenían que entrar en acción. Increíbles y bellas aves
















Al salir de esta parte del Parque seguí las instrucciones de mi GPS para visitar a los famosos flamencos de lago Abijata y después  las aguas termales entre este lago y el de Shalla.

 Un camino de 15 Kilómetros de arena salía hacia la derecha una vez dejado la parte de los avestruces. Hacía un calor descomunal ese día.

El camino al lago, primero con bajadas y subidas tipo tobogán, se abrió a la derecha. Desde allí decrecía una pendiente progresiva hacia las orillas del lago. Todavía estaba lejos de sus orillas, pero desde ese alto tenía una vistas privilegiadas del mismo, así que baje a fotografiar y tomarme una barrita energética y beber algo de agua.
 Pronto se me acercaron dos niños que pastoreaban vacas por allí. Me `pidieron agua. Sólo me quedaba medio litro y todavía tenía que ir a las orillas del lago y vuelta. Les dí solo un buchito a cada uno.
Eran una niña y un niño mas pequeño. Les compensé dándoles también unas barritas de cereales y unos chicles.
Los pobres pasaban el día con el ganado sin una gota de agua. Cuando posaron para mi, la niña abría la boca haciendo muecas exageradas. Pude comprobar que entre sus hábitos no estaba el cuidado dental, ya que a pesar de su juventud tenía sarro en los dientes.
Me despedí de ellos y me dispuse a bajar la pendiente que luego me tocaría subir.
 Normalmente siempre tenía agua de más, pero en esta ocasión me pilló por sorpresa y con pocas provisiones líquidas.


















Cuando la pendiente se suavizó y empezó el llano, el terreno se volvió arenoso. Primero un poco y conforme avanzaba cada vez con más arena.
 Durante el trayecto, alternaba momentos de pedaleo con momentos de empujar la bici.

Al poco tiempo me encontré con seis niños que jugaban por allí, "you you you" la coletilla de bienvenida de siempre para los farangi. Les pregunte por los "flamencs" y ellos me señalaron con el dedo hacia las orillas del lago continuando por el camino.
 Así que seguí por el mismo camino. Ellos iban corriendo a mi lado gritando flamencs flamencs y riendo como locos. Después de una rato eran unos veinte los que corrían a mi lado. Todos los niños que íbamos encontrando se sumaban al jolgorio y gritaban "flamencs flamencs".

 Dos kilómetros después de luchar contra la arena, me di cuenta de que llevaba numerosos pinchos en las ruedas. Eran como unos 15 por rueda. En el lecho arenoso había plantas y restos de estas con púas. Paré en el acto y quité una aterrado pensando en que se iba a desinflar la rueda. Pero esto no ocurrió. Fui quitando una por una las púas y las dos ruedas aguantaron como campeonas. Eran mis Marathon sleeve, unas ruedas de cicloturismo con una gruesa banda de rodadura. Un pedazo de gomas. Y menos mal porque me salvaron el tipo.

 Así que decidí darme la vuelta. Todavía me quedaban 3 km por ese desierto hasta la orilla del lago, pero no me arriesgué a que alguna púa mayor me dejara sin ruedas. Los niños me miraron desconcertados pero parecieron entender al oírme maldecir mientras retiraba las púas.

Mientras volvía siguieron corriendo a mi lado y poco a poco se fueron quedando atrás.
Cinco de ellos persistieron, me acompañaron un poco mas hasta que solo quedaron dos. Estos me habían acompañado dos kilómetros hacia las orillas del lago y 5 de vuelta. Les di algo de dinero por su ayuda y esfuerzo. Después de esto todavía corrieron dos kilómetros mas conmigo.
¡Para que luego digan que de donde sale la fortaleza de los atletas etíopes! Estos enanos corrían como demonios y sin agua. Así que cuando les ponen en las carreteras europeas y encima con agua no hay dolor. Ya viven con él en sus quehaceres diarios.

 Al final descarte ir a las aguas termales temiéndome encontrar un camino igual o peor. A veces no se puede ver lo que uno quiere. Pero esto sería compensado grandemente con las tribus del Valle del Omo.


Cuando llegué a la carretera estaba séquito. Ya sin agua desde hacía bastante tiempo, todavía tuve que esperar algún kilómetro para conseguir algo de liquido en un puesto de carretera. Me bebí un zumo de mango de un litro casi entero y compre dos botellas de agua más de repuesto.


Llegue a Shashamane, una gran población, donde comí algo de pasta y fruta.

No paré casi nada el resto del día, porque iba con bastante retraso. Normalmente me quedaba a dormir en cualquier lado, pero hoy si tenía pensado llegar como destino final a Awassa, una de las grandes poblaciones en el camino al Sur.

 Todavía me quedaban 25 kilómetros hasta Awassa, la población que da nombre al famoso lago de pescadores.

Awassa significaba desviarme de la carretera que me llevaba a Sodo y Arba Minch, pero tenía curiosidad por el el lago de pescadores.

 Llegué de noche a Awassa y muy cansado. Menos mal que el hotel de Awassa era uno de mis pocos lujos en Ethiopia junto al de Addis: Godolias International Hotel Hawasa, tipo 3-4 estrellas a buen precio. Necesitaba un poco de confort y no había elegido mejor día.
Me duché con agua caliente, chateé con mi familia y en envié algunas fotos.

Después me dispuse a cenar en un restaurante italiano que había dentro del propio hotel. Pedí dos pizzas enormes y la camarera me miró entre incrédula risueña. No me veía capaz de comer tal cantidad de hidratos. Ella no sabía el atraso que llevaba y las dos pizzas cayeron no sin cierto esfuerzo final.

Me fui a la cama pronto y en ella pensaba en mi maravilloso viaje por el valle del Rift. Poco más me dio tiempo a pensar. Entre pensamientos de los pescadores del lago Awassa me fui adentrando en los brazos de Morfeo de la manera mas directa.




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